The deep blue sea
(Erresuma Batua, 2011) 98’
Zuzendaria: Terence Davies
Argazkia: Florian Hoffmeister
Montaia: David Charap
Aktoreak: Rachel Weisz (Hester Collyer), Tom Hiddleston (Freddie Page), Simon Russell Beale (sir William Collyer), Barbara Jefford.
Hester Collyer Erresuma Batuko Auzitegi Goreneko Sir William Collyer epailaren emazte ederra da, eta bizimodu pribilegiatua darama Londresen, 1950eko hamarkadan. Senarra utzi eta Freddie Page RAFeko pilotu ohiarekin bizitzera joaten denean, inguruko denak ahoa bete hortz utziko ditu. Hester zeharo maitemindurik dago Pagekin.
Terence Davies zinemagileak (Liverpool, 1945) nabarmentzeko moduko filmak egin ditu: Distant Voices; Still Lives (1988), Locarnon Urrezko Lehoinabarra irabazi zuena; The Long Day Closes (1992), Cannesen lehiatua; House of Mirth (2000) edota Of Time and the City (2008). Donostia Zinemaldiak atzera begirakoa eskaini zion 56. edizioan (2008).
El más contenido de los cineastas británicos es también el más sinfónico, el más barroco, el más operístico. La suntuosa apertura de ‘The Deep Blue Sea’ es el homenaje que Davies rinde a la pasión entre Eros y Tanatos, encarnada en una mujer que quiere vivir al límite de su cuerpo, que confunde amor con locura, y que asusta a los hombres que ama. Es un prólogo encendido, que no se corresponde con la opresión formal del resto de la película. Teatral, dirán algunos: Davies nunca esconde los orígenes de la tragedia de Hester Collyer, escritos por Terence Rattigan. ¿Era teatral el David Lean de ‘La vida manda’ (1944) o ‘Amigos apasionados’ (1949)?
¿Era teatral Mizoguchi? Hester intenta suicidarse, y entonces empieza su larga despedida, y la puesta en escena le sigue la corriente, la enclaustra no más de lo que ella se siente en su piel. No es un cine fácil, el de Davies: siempre da la impresión de estar buscando la llave con que abrir su cinturón de castidad. Pero, por debajo de la represión autoinflingida, debajo del castigo y el sentimiento de culpa, está esa ardiente sensualidad luchando por ser percibida (y ahí está la cálida, melancólica interpretación de Rachel Weisz para demostrarlo), la memoria asfixiada buscando buenos recuerdos para empezar de nuevo.
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